Un día te miras al espejo y ves la típica arruga que antes no estaba. ¿Qué ha pasado? ¡Que te estás oxidando! Igual que un clavo de hierro expuesto al aire, lluvia, humo, viento, etc., termina por oxidarse y se deteriora de modo irreversible, también nosotros, hombres y mujeres, no podemos evitar oxidarnos, y por ese motivo envejecer. Sí podemos, sin embargo, hacer que este proceso de oxidación por el que inevitablemente todos tenemos que pasar a lo largo de nuestras vidas, repercuta en la menor medida posible sobre nuestro cuerpo. Es necesario concienciarse de que envejecemos porque nos oxidamos y de que debemos tomar antioxidantes en forma de frutas y verduras, nuestros mejores aliados anti-aging. La mejor manera de prevenir los efectos del envejecimiento por oxidación es cambiar nuestra alimentación e incorporar de inmediato a nuestra dieta unas recetas como las de este libro; los resultados no se harán esperar, y en menos de un mes nuestra piel presentará un aspecto mucho más saludable.
¡No lo dudes!